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Cáncer de Próstata: !Todo Lo Que Necesitas Saber!

El cáncer se origina cuando las células del cuerpo comienzan a crecer en forma descontrolada. Las células de casi cualquier parte del cuerpo pueden convertirse en células cancerosas y luego se pueden extender a otras áreas del cuerpo.  El cáncer de próstata se origina cuando las células de la próstata comienzan a crecer fuera de control. La próstata es una glándula que sólo tienen los hombres. Esta glándula produce parte del líquido que conforma el semen.

La próstata está debajo de la vejiga (el órgano hueco donde se almacena la orina) y delante del recto (la última parte de los intestinos). Justo detrás de la próstata se encuentran las glándulas llamadas vesículas seminales, las cuales producen la mayor parte del líquido del semen. La uretra, que es el conducto que transporta la orina y el semen fuera del cuerpo a través del pene, pasa por el centro de la próstata.

Casi todos los cánceres de próstata son adenocarcinomas. Estos cánceres se desarrollan a partir de las células glandulares (las células que producen el líquido prostático que se agrega al semen).

Otros tipos de cáncer que se pueden originar en la próstata son:

  • Carcinomas de células pequeñas
  • Tumores neuroendocrinos (aparte de los carcinomas de células pequeñas)
  • Carcinomas de células transicionales
  • Sarcomas

Estos otros tipos de cáncer de próstata son poco comunes. Si a usted le dicen que tiene cáncer de próstata es casi seguro que sea un adenocarcinoma.

Algunos cánceres de próstata crecen y se propagan rápidamente, pero la mayoría crece lentamente. De hecho, los estudios realizados en algunas autopsias muestran que muchos hombres de edad avanzada (e incluso algunos hombres más jóvenes) que murieron por otras causas también tenían cáncer de próstata que nunca les afectó durante sus vidas. En muchos casos, ellos no sabían, y ni siquiera sus médicos, que tenían cáncer de próstata.

 

Factores de riesgo para el cáncer de próstata

Edad

Es poco común que el cáncer de próstata afecte a los hombres menores de 40 años, pero la probabilidad de padecer cáncer de próstata aumenta rápidamente después de los 50 años. Alrededor de 6 de 10 casos de cáncer de próstata se detectan en hombres mayores de 65 años.

Raza/grupo étnico

El cáncer de próstata ocurre con más frecuencia en los hombres de raza negra y en hombres del Caribe con ascendencia africana que en los hombres de otras razas. Y cuando se desarrolla en estos hombres, ellos tienden a ser más jóvenes. El cáncer de próstata ocurre con menos frecuencia en los hombres estadounidenses de raza oriental y en los hispanos/latinos que en los hombres blancos que no son de origen hispano. No están claras las razones de estas diferencias raciales y étnicas.

Geografía

El cáncer de próstata es más común en Norteamérica y en la región noroeste de Europa, Australia, y en las islas del Caribe. Es menos común en Asia, África, Centroamérica y Sudamérica.

Las razones de esto no están claras. Es probable que el uso más intenso de pruebas de detección para el cáncer de próstata en algunos países desarrollados sea responsable por lo menos en parte de esta diferencia, pero también es probable que otros factores sean importantes, como diferencias en el estilo de vida (alimentación, etc.). Por ejemplo, los estadounidenses de raza oriental tienen un menor riesgo de cáncer de próstata que los estadounidenses blancos, pero el riesgo de ellos es mayor que el de los hombres que viven en Asia con antecedentes étnicos similares.

Antecedentes familiares

Parece ser que el cáncer de próstata afecta más a algunas familias, lo cual sugiere que en algunos casos puede haber un factor hereditario o genético. Aun así, la mayoría de los cánceres de próstata ocurre en hombres que no tienen antecedentes familiares de este cáncer.

Si el padre o el hermano de un hombre padecen cáncer de próstata, se duplica el riesgo de que este hombre padezca la enfermedad. (El riesgo es mayor para los hombres que tienen un hermano con la enfermedad que para aquellos con un padre que tiene este cáncer). Asimismo, el riesgo es mucho mayor en el caso de los hombres que tienen varios familiares afectados, particularmente si tales familiares eran jóvenes cuando se les encontró el cáncer.

Cambios genéticos

Varios cambios genéticos heredados (mutaciones) parecen aumentar el riesgo de padecer cáncer de próstata, pero probablemente son solo responsables de un pequeño porcentaje de casos en general. Por ejemplo:

  • Las mutaciones hereditarias de los genes BRCA1 o BRCA2, que están vinculadas a un mayor riesgo de cáncer de seno y de ovario en algunas familias, también pueden aumentar el riesgo de cáncer de próstata en los hombres (especialmente las mutaciones en BRCA2).
  • Los hombres con el síndrome de Lynch (también conocido como cáncer colorrectal hereditario sin poliposis o HNPCC), una afección causada por cambios genéticos hereditarios, tienen un mayor riesgo de padecer varios tipos de cáncer, incluyendo el cáncer de próstata.

¿Se puede prevenir el cáncer de próstata?

El cáncer de próstata no se puede prevenir de manera segura.. No obstante, existen algunas medidas que puede tomar para tratar de reducir su riesgo de padecer cáncer de próstata.

Peso corporal, actividad física y alimentación

Los efectos del peso corporal, la actividad física y la alimentación sobre el riesgo de cáncer de próstata no están del todo claros, aunque usted puede tomar medidas que podrían reducir su riesgo. Algunos estudios han encontrado que los hombres que tienen sobrepeso u obesidad tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de próstata avanzado, o un cáncer de próstata que sea más propenso a ser mortal. Aunque no todos los estudios concuerdan, varios han descubierto un mayor riesgo de cáncer de próstata en hombres que tienen una alimentación con un alto contenido de productos lácteos ricos en calcio.

Por ahora, el mejor consejo relacionado con la alimentación y la actividad física para reducir posiblemente el riesgo de padecer cáncer de próstata consiste en:

  • Lograr y mantener un peso dentro de un rango saludable.
  • Mantenerse físicamente activo.
  • Seguir un patrón de alimentación saludable que incluya una variedad colorida de frutas y verduras, así como granos integrales, y que a su vez evite o limite el consumo de carnes rojas y procesadas, bebidas endulzadas con azúcar y alimentos altamente procesados.

Vitaminas, minerales y otros suplementos

Vitamina E y selenio: algunos estudios anteriores sugerían que tomar vitamina E o suplementos de selenio podía reducir el riesgo de padecer cáncer de próstata. Sin embargo, en un estudio extenso (conocido como Selenium and Vitamin E Cancer Prevention Trial, SELECT), no se encontró que la vitamina E ni los suplementos de selenio redujeran el riesgo de padecer cáncer de próstata. De hecho, se descubrió en el estudio que los hombres que tomaban suplementos de vitamina E tenían un riesgo ligeramente mayor de cáncer de próstata.

Soya e isoflavonas: algunas investigaciones iniciales han sugerido posibles beneficios de las proteínas de soja (llamadas isoflavonas) en la reducción del riesgo de cáncer de próstata. Actualmente, varios estudios están evaluando con más detenimiento los posibles efectos de estas proteínas. El consumo de suplementos puede presentar tanto riesgos como beneficios. Antes de comenzar a tomar vitaminas u otros suplementos, consulte con su médico.

Medicinas

Algunas medicinas tal vez puedan ayudar a reducir el riesgo de padecer cáncer de próstata.

Inhibidores de la 5-alfa reductasa

La 5-alfa reductasa es una enzima en el organismo que transforma la testosterona en dihidrotestosterona (DHT), la hormona principal que causa el crecimiento de la próstata. Los inhibidores de la 5-alfa reductasa, como la finasterida (Proscar) y dutasterida (Avodart) bloquean la producción de DHT por parte de esta enzima. Estos medicamentos se utilizan para tratar la hiperplasia prostática benigna (BPH), un crecimiento no canceroso de la próstata. Se han realizado estudios abarcadores de estos dos medicamentos para determinar si también pueden ser útiles en reducir el riesgo de cáncer de próstata. En estos estudios se encontró que tras varios años los hombres que tomaron alguno de los dos medicamentos tuvieron menos probabilidad de padecer cáncer de próstata que los hombres que tomaron un placebo inactivo.

Cuando los resultados se analizaron con más detenimiento, se descubrió que los hombres que tomaron estos medicamentos presentaron menos cánceres de próstata de bajo grado, pero estos presentaron aproximadamente el mismo (o ligeramente mayor) riesgo de cánceres de próstata de mayor grado que son más propensos a crecer y a propagarse. A largo plazo, no está claro si estos medicamentos afectan las tasas de mortalidad, ya que los hombres en estos estudios presentaron una supervivencia similar, independientemente de si tomaron o no uno de estos medicamentos.

Estos medicamentos pueden causar efectos secundarios relacionados con la sexualidad, como disminución en el deseo sexual y disfunción eréctil (impotencia), así como crecimiento del tejido de los senos en los hombres. No obstante, pueden ayudar con los problemas urinarios causados por la BPH, como la dificultad para orinar y las fugas de orina (incontinencia).

Estos medicamentos no están aprobados por la FDA específicamente para ayudar a prevenir el cáncer de próstata, aunque los médicos pueden recetarlos fuera de las indicaciones autorizadas («off label» para este uso. Actualmente, no está claro si es muy beneficioso tomar uno de estos medicamentos solamente para reducir el riesgo de padecer cáncer de próstata. Aun así, los hombres que quieran saber más sobre el uso de estos medicamentos deben consultar con sus médicos.

Aspirina

Algunas investigaciones sugieren que los hombres que toman aspirina diariamente podrían presentar un menor riesgo de padecer y morir a causa de cáncer de próstata. No obstante, se necesitan más investigaciones para demostrar si los posibles beneficios superan a los riesgos. El uso de aspirina a largo plazo puede causar efectos secundarios, incluyendo un mayor riesgo de sangrado en el tracto digestivo. Aunque tomar aspirina también puede ofrecer otros beneficios para la salud, la mayoría de los médicos hoy día no recomienda tomarla únicamente para tratar de reducir el riesgo de cáncer de próstata.

 

¿Se puede descubrir el cáncer de próstata en sus comienzos?

Las pruebas de detección tienen el objetivo de descubrir cáncer antes de que se presente algún síntoma. Para algunos tipos de cáncer, las pruebas de detección pueden ayudar a encontrar cánceres en una etapa inicial cuando probablemente sean más fáciles de tratar. Frecuentemente se puede encontrar el cáncer de próstata en sus comienzos mediante el análisis del antígeno prostático específico (PSA) en la sangre de un hombre. El examen mediante tacto rectal (examen digital del recto, DRE) es otra manera de encontrar temprano el cáncer de próstata. Para este examen, su médico introduce en el recto un dedo cubierto con un guante lubricado para palpar la glándula de la próstata.  Si los resultados de estas pruebas son anormales, a menudo se realizan pruebas adicionales (como una biopsia de la próstata) para saber si un hombre tiene cáncer.

Inquietudes sobre las pruebas de detección del cáncer de próstata

Si se encuentra cáncer de próstata mediante las pruebas de detección, probablemente el cáncer estará en una etapa más temprana y más tratable que la etapa de un cáncer que no hubiese sido detectado precozmente con estas pruebas. Aunque esto podría hacer que parezca que la detección del cáncer de próstata siempre sería algo bueno, todavía hay problemas en cuanto a la detección que ocasionan que no esté claro si los beneficios superan a los riesgos para la mayoría de los hombres.

Posibles resultados de pruebas inexactos o confusos

Por ejemplo, ni la prueba PSA ni el DRE son 100% precisos. A veces, estas pruebas pueden presentar resultados anormales incluso cuando un hombre no tiene cáncer (conocido como un resultado positivo falso), o resultados normales aun cuando un hombre sí tiene cáncer (conocido como resultado negativo falso).

Prueba sanguínea del antígeno prostático específico (PSA)

El antígeno prostático específico (PSA) es una proteína producida por las células en la glándula prostática (es producida por células normales y cancerosas). El PSA se encuentra principalmente en el semen, aunque también se puede encontrar en pequeñas cantidades en la sangre.

El nivel de PSA en sangre se mide en unidades llamadas nanogramos por mililitro (ng/mL). La probabilidad de tener cáncer de próstata aumenta a medida que el nivel de PSA sube, pero no hay un valor límite establecido que pueda indicar con certeza si un hombre tiene o no tiene cáncer de próstata. Muchos médicos usan un valor límite de PSA de 4 ng/mL o superior al decidir si un hombre podría necesitar más pruebas.

  • La mayoría de los hombres sin cáncer de próstata tiene niveles de PSA menores a 4 ng/mL de sangre. Cuando se forma el cáncer de próstata, el nivel de PSA a menudo aumenta a más de 4. Sin embargo, un nivel por debajo de 4 no garantiza que un hombre no tenga cáncer. Alrededor del 15% de los hombres que tienen un PSA menor de 4 presentará cáncer de próstata si se hace una biopsia.
  • Los hombres con un nivel de PSA de 4 a 10 tienen (a menudo llamado “intervalo límite”) tienen una probabilidad de 1 en 4 de padecer cáncer de próstata. 
  • Si el PSA es mayor de 10, la probabilidad de tener cáncer de próstata es de más de 50%.

Si el nivel de PSA es alto, es posible que necesite más pruebas para detectar cáncer de próstata

Factores que pueden afectar los niveles de PSA

Una razón por la que es difícil usar un valor límite establecido con la prueba de PSA en la detección del cáncer de próstata es que un número de factores que no sean cáncer también puede afectar los niveles de PSA.

Algunos factores que pueden aumentar los niveles de PSA son:

  • Una próstata agrandada: afecciones como la hiperplasia prostática benigna (BPH), un agrandamiento no canceroso de la próstata que afecta a muchos hombres a medida que envejecen, pueden aumentar los niveles de PSA.
  • Edad mayor: los niveles de PSA normalmente aumentan con lentitud a medida que usted envejece, aunque no tenga anomalía en la próstata.
  • Prostatitis: una infección o inflamación de la glándula prostática que puede aumentar los niveles de PSA.
  • Eyaculación: esto puede causar un aumento en el nivel de PSA por un periodo de tiempo breve. Por esta razón, algunos médicos sugieren que los hombres se abstengan de eyacular uno o dos días antes de la prueba.
  • Montar en bicicleta: algunos estudios han sugerido que montar en bicicleta puede aumentar los niveles de PSA por poco tiempo (posiblemente porque el asiento ejerce presión en la próstata), aunque no todos los estudios concuerdan con esto.
  • Ciertos procedimientos urológicos: algunos procedimientos que se realizan en el consultorio médico y que afectan a la próstata, como una biopsia de la próstata o una cistoscopia pueden aumentar los niveles de PSA por poco tiempo. Por otro lado, algunos estudios han sugerido que el tacto rectal (DRE) podría aumentar ligeramente los niveles de PSA, aunque otros estudios no han confirmado esto. A pesar de esto, si se hace una prueba PSA y un DRE durante la visita al médico, algunos médicos recomiendan extraer la sangre para la prueba PSA antes de hacer el DRE, por si acaso.
  • Ciertos medicamentos: tomar hormonas masculinas, como testosterona (u otros medicamentos que aumentan el nivel de testosterona) puede causar un aumento en los niveles de PSA.

Algunas cosas pueden reducir los niveles de PSA (aun cuando el hombre tiene cáncer):

  • Inhibidores de la 5-alfa reductasa: ciertas medicinas usadas para tratar la hiperplasia prostática benigna o síntomas urinarios, como finasterida (Proscar o Propecia) o dutasterida (Avodart) pueden reducir los niveles de PSA. Estos medicamentos también afectan el riesgo de padecer cáncer de próstata . Informe a su médico si está tomando uno de estos medicamentos. Debido a que pueden reducir los niveles de PSA, el médico tal vez necesite tomar medidas para corregir esto.
  • Mezclas de hierbas: algunas mezclas de hierbas que son vendidas como suplemento alimenticio podrían ocultar un alto nivel de PSA. Por esta razón, es importante que le informe a su médico si está tomando cualquier tipo de suplemento, incluyendo aquellos que no necesariamente sean para la salud de la próstata. El saw palmetto (una hierba usada por algunos hombres para tratar la BPH) no parece afectar el PSA.
  • Algunos otros medicamentos: algunas investigaciones han sugerido que el uso prolongado de ciertos medicamentos, como la aspirina, las estatinas (medicamentos para reducir el colesterol) y los diuréticos tiazídicos (como hidroclorotiazida) podría disminuir los niveles de PSA. Se necesitan más investigaciones para confirmar estos hallazgos. Si usted toma cualquiera de estos medicamentos de forma habitual, consulte con su médico antes de suspender el consumo por cualquier motivo.

Tipos especiales de pruebas de PSA

El nivel de PSA que se obtiene al hacer una prueba de detección en ocasiones es referido como PSA total, pues incluye diferentes tipos de PSA (descritos más adelante). Si decide hacerse la prueba de detección de PSA y el resultado no es normal, algunos médicos podrían considerar el uso de diferentes tipos de pruebas de PSA para ayudar a decidir si necesita una biopsia de próstata, aunque no todos los médicos están de acuerdo sobre cómo usar estas pruebas. Si el resultado de las pruebas de PSA no es normal, pídale a su médico que hable con usted sobre su riesgo de padecer cáncer y la necesidad de pruebas adicionales.

Porcentaje de PSA libre: el PSA se encuentra en la sangre principalmente en dos formas. Una forma está unida (adherida) a proteínas sanguíneas, mientras que la otra es libre (no adherida). La prueba del porcentaje de PSA libre (%fPSA) es la proporción de la cantidad de PSA que circula libre, en comparación con el total del nivel de PSA. El porcentaje de PSA libre es menor en los hombres que tienen cáncer de próstata que en los hombres que no tienen esta enfermedad.

Si el resultado de la prueba de PSA está dentro del límite (entre 4 y 10), se podría usar la prueba del porcentaje de PSA libre para ayudar a decidir si debe hacerse una biopsia de próstata. Un porcentaje menor de PSA libre significa que su probabilidad de tener cáncer de próstata es mayor, y usted probablemente debe hacerse una biopsia.

Muchos médicos recomiendan una biopsia de la próstata para los hombres con un porcentaje de PSA libre de 10% o menos, y recomiendan que los hombres consideren una biopsia si el porcentaje está entre 10% y 25%. El uso de estos valores límite permite detectar la mayoría de los cánceres, y ayuda a evitar biopsias innecesarias. Esta prueba se usa ampliamente, pero no todos los médicos están de acuerdo en que el 25% sea el mejor valor límite para decidir si es necesaria una biopsia. Además, el valor límite puede cambiar dependiendo del nivel general de PSA.

Pruebas que combinan diferentes tipos de PSA: algunas pruebas más recientes combinan los resultados de diferentes tipos de PSA para obtener una puntuación general que refleje la posibilidad de que un hombre tenga cáncer de próstata (particularmente el cáncer que podría necesitar tratamiento). Estas pruebas incluyen:

  • El Índice de salud prostática  (PHI), que combina los resultados de PSA total, PSA libre y proPSA
  • La prueba 4Kscore, que combina los resultados de PSA total, PSA libre, PSA intacto y calicreína humana 2 (hK2), junto con algunos otros factores

Estas pruebas pueden ser útiles en hombres con un PSA ligeramente elevado, para ayudar a determinar si deben someterse a una biopsia de la próstata. Estas pruebas pueden usarse también para ayudar a saber si un hombre que ya se sometió a una biopsia de la próstata que no encontró cáncer debe someterse a otra biopsia.

Velocidad del PSA: la velocidad del PSA no es una prueba aparte, Sino una medida que indica cuán rápido el PSA aumenta a medida que pasa el tiempo. Normalmente, los niveles del PSA se incrementan lentamente con la edad. Algunos estudios han encontrado que estos niveles aumentan más rápidamente si un hombre tiene cáncer, aunque los estudios no han demostrado que la velocidad de PSA sea más útil que el nivel de PSA por sí solo para detectar cáncer de próstata.

Densidad del PSA: los niveles del PSA son mayores en los hombres que tienen glándulas prostáticas más grandes. Algunas veces se usa la densidad de PSA (PSAD) en los hombres que tienen glándulas prostáticas grandes para tratar de corregir las variaciones de PSA debidas al tamaño de la próstata. El médico mide el volumen (tamaño) de la próstata mediante una ecografía transrectal  y divide el número de PSA entre el volumen de la próstata. Una densidad alta de PSA indica una mayor probabilidad de que haya cáncer. La densidad del PSA no ha demostrado ser tan útil como la prueba del porcentaje de PSA libre.

Examen digital del recto (tacto rectal)

Para este examen, que se conoce como DRE (por sus siglas en inglés), el médico introduce un dedo cubierto con un guante lubricado en el recto a fin de palpar cualquier abultamiento o área firme en la próstata que podría ser cáncer. Como se muestra en la imagen que sigue, la próstata se encuentra justo delante del recto. A menudo, los cánceres de próstata comienzan en la parte posterior de la glándula y a veces pueden palparse durante el tacto rectal. Este examen puede ser incómodo (especialmente para los hombres que tienen hemorroides), pero generalmente no es doloroso y sólo toma segundos realizarlo.

 

color illustration showing the prostate and surrounding area (including the location of the urethra, penis, scrotum, rectum, bladder and seminal vesicle)

 

El tacto rectal es menos eficaz que la prueba de PSA en sangre para detectar cáncer de próstata, pero algunas veces puede ayudar a detectar tumores cancerosos en hombres con niveles normales de PSA. Por esta razón, puede ser incluido como parte de las pruebas de detección precoz del cáncer de próstata.

¿Qué sucede si los resultados del examen no son normales?

Si usted se somete a las pruebas de detección para el cáncer de próstata y su nivel inicial de PSA en sangre es más alto de lo normal, esto no necesariamente significa que usted tenga cáncer de próstata. Muchos hombres con niveles de PSA más altos de lo normal no tienen cáncer. Aun así, se necesitarán más pruebas para ayudar a averiguar lo que está sucediendo. Su médico puede recomendar una de estas opciones:

  • Esperar un tiempo y solicitar una segunda prueba de PSA
  • Hacer otro tipo de prueba para tener una mejor idea de si usted pudiera tener cáncer (y por lo tanto, debería hacerse una biopsia de próstata)
  • Hacer una biopsia de la próstata para saber si usted tiene cáncer

Es importante que consulte con su médico sus opciones, incluyendo sus posibles ventajas y desventajas, para ayudar a elegir una con el que se sienta cómodo. Los factores que pueden afectar cuál opción es mejor para usted incluyen:

  • Su edad y estado general de salud
  • La probabilidad de que usted tenga cáncer de próstata (basado en pruebas realizadas hasta el momento)
  • Su propio nivel de comodidad con la espera o con tener que hacerse más pruebas

Repetir la prueba de PSA

El nivel de PSA en sangre de un hombre puede variar con el tiempo (por varias razones), por lo que algunos médicos recomiendan repetir la prueba después de alrededor de un mes, si el resultado inicial del PSA es anormal. Esto es más probable que sea una opción razonable si el nivel de PSA está en el extremo inferior del límite (típicamente 4 a 7 ng/mL). Para los niveles más altos de PSA, los médicos suelen recomendar hacer otras pruebas, o proceder directamente a una biopsia de próstata.

 

Biopsia de la próstata

Si los resultados de una prueba de PSA, el DRE u otras pruebas sugieren que podría tener cáncer de próstata, lo más probable es que necesite una biopsia de la próstata.

Una biopsia es un procedimiento para extraer pequeñas muestras de la próstata y luego examinarlas al microscopio. Una biopsia por punción con aguja gruesa es el principal método usado para diagnosticar el cáncer de próstata. Por lo general se la hace un urólogo.

Durante la biopsia, el médico generalmente observa la próstata con un estudio por imágenes, como ecografía transrectal (TRUS) o MRI, o una «fusión» de las dos (todos se discuten a continuación). El médico inserta rápidamente una aguja delgada y hueca en la próstata. Esto se hace a través de la pared del recto (una biopsia transrectal) o a través de la piel entre el escroto y el ano (una biopsia transperineal). Al retirar la aguja, se extrae un pequeño cilindro de tejido prostático. Esto se repite varias veces. Con mayor frecuencia, el médico tomará alrededor de 12 muestras cilíndricas de diferentes partes de la próstata.

Aunque el procedimiento parece  que causa dolor, por lo general cada biopsia solo causa algo de molestia breve debido a que se hace con un instrumento especial de biopsia con resorte automático. Este dispositivo introduce y retira la aguja en fracciones de segundo. La mayoría de los médicos adormecerá el área primero al inyectar un anestésico local al lado de la próstata. Sería bueno que le pregunte a su médico si él o ella planea hacer esto.

La biopsia por sí sola dura aproximadamente 10 minutos y por lo general se realiza en el consultorio del médico. Es probable que se le administren antibióticos antes de la biopsia, y posiblemente por un día o dos después del procedimiento para reducir el riesgo de infección.

Unos pocos días después del procedimiento, usted puede sentir cierta molestia en el área, y pudiese notar sangre en su orina. Además puede sangrar un poco por el recto, especialmente si tiene hemorroides. Muchos hombres observan sangre en el semen o semen de color del metal oxidado, lo que puede durar por algunas semanas después de la biopsia (dependiendo de cuán frecuentemente eyacule).

Resultados de la biopsia

Las muestras obtenidas por medio de la biopsia se enviarán a un laboratorio para observarse con un microscopio y ver si contiene células cancerosas. Por lo general, los resultados (presentados en un informe de patología) están disponibles de 1 a 3 días, aunque a veces podría tomar más tiempo. Los resultados pueden ser reportados como:

  • Positivo para cáncer: se observan células cancerosas en las muestras de la biopsia
  • Negativo para cáncer: no se observan células cancerosas en las muestras de la biopsia
  • Sospechoso: se observó algo anormal, pero puede que no sea cáncer. (Los diferentes tipos de resultados sospechosos se discuten a continuación)

Si el resultado de la biopsia es negativo

Si los resultados de la biopsia de próstata son negativos (es decir, si no muestran cáncer), y la probabilidad de que tenga cáncer de próstata no es muy alta en función del nivel de PSA y de otras pruebas, es posible que no necesite más pruebas, aparte de repetir las pruebas de PSA (y posiblemente los exámenes de tacto rectal) después de cierto tiempo.

El Dr. Chavarriaga y colegas publicaron un articulo sobre consejos y trucos para realización de biopsia transrectal de próstata, A continuación esta la publicación.

 

Clasificación del Cáncer de Próstata

Grado del cáncer de próstata (puntuación de Gleason o grupo de grado)

Si se encuentra cáncer de próstata en la biopsia, se le asignará un grado. El grado del cáncer se basa en qué tan anormal se observa el cáncer al microscopio. Los cánceres de grado más alto se ven más anormales y son más propensos a crecer y propagarse rápidamente. Existen dos maneras principales para describir el grado de un cáncer de próstata.

Puntuación de Gleason

El sistema Gleason, que ha estado en uso durante muchos años, asigna grados al comparar el cáncer con el tejido prostático normal.

  • Si el cáncer se parece mucho al tejido prostático normal, se le asigna un grado 1
  • Si el cáncer luce muy anormal, se le asigna un grado 5
  • Los grados 2 al 4 tienen características entre estos extremos

Debido a que los cánceres de próstata a menudo tienen áreas con diferentes grados, se asigna un grado a las dos áreas que forman la mayor parte del cáncer. Estos dos grados se suman para obtener una puntuación de Gleason (también llamada “escala de Gleason”).

El primer número asignado es el grado más común en el tumor. Por ejemplo, si la puntuación de Gleason se escribe como 3+4=7, esto significa que la mayor parte del tumor es de grado 3 y la menor parte es de grado 4, y se suman para una puntuación de Gleason de 7.

Si bien la puntuación de Gleason se basa casi siempre en las dos áreas que conforman la mayor parte del cáncer, hay algunas excepciones cuando en la biopsia hay una cantidad considerable de cáncer de alto grado o hay tres grados distintos incluido el cáncer de alto grado. En estos casos, se modifica la manera en que se determina la puntuación de Gleason para que refleje la naturaleza agresiva (de rápido crecimiento) del cáncer.

En teoría, la puntuación de Gleason puede estar entre 2 y 10, pero las puntuaciones por debajo de 6 rara vez se usan.

Según la puntuación de Gleason, los cánceres de próstata a menudo se dividen en 3 grupos:

  • A los cánceres con puntuación de Gleason de 6 o menos, se les puede llamar cánceres bien diferenciados o de bajo grado.
  • A los cánceres con puntuación de Gleason 7 se les llama cánceres moderadamente diferenciados o de grado intermedio.
  • A los cánceres con puntuación de Gleason de 8 a 10 se les llama cánceres pobremente diferenciados o de alto grado.

Grupos de grados

En los últimos años, los médicos se han dado cuenta de que la puntuación de Gleason podría no ser siempre la mejor manera de describir el grado del cáncer, debido a varias razones:

Debido a esto, los médicos han agrupado los grados en categorías que van desde 1 (más propensos a crecer y propagarse lentamente) a 5 (más propensos a crecer y propagarse rápidamente):

  • Grupo de grado 1 = Puntuación de Gleason de 6 (o menos)
  • Grupo de grado 2 = Puntuación de Gleason 3+4=7
  • Grupo de grado 3 = Puntuación de Gleason 4+3=7
  • Grupo de grado 4 = Puntuación de Gleason de 8
  • Grupo de grado 5 = Puntuación de Gleason de 9 a 10

Resultados sospechosos

Algunas veces, cuando se observan las células prostáticas, éstas no parecen ser cáncer, pero tampoco se ven normales.

Neoplasia prostática intraepitelial: en la neoplasia prostática intraepitelial (PIN), hay cambios en la apariencia de las células de la glándula prostática, pero las células anormales no parecen estar invadiendo otras partes de la próstata (como sí lo harían las células cancerosas). La PIN a menudo se divide en dos grupos:

  • PIN de bajo grado: los patrones de las células de la próstata lucen casi normales
  • PIN de alto grado: los patrones de las células lucen más anormales

Muchos hombres comienzan a presentar una neoplasia de bajo grado (PIN) a una edad temprana, pero no se cree que esta afección esté relacionada con el riesgo de cáncer de próstata. Si en una biopsia de la próstata se reporta un hallazgo de PIN de bajo grado, el seguimiento para los pacientes usualmente es el mismo al que se daría si nada anormal se hubiese reportado.

Si se detecta neoplasia de alto grado (PIN) en una biopsia, hay una mayor probabilidad de que usted pueda padecer cáncer de próstata con el pasar del tiempo. Por esta razón, los médicos a menudo les dan un seguimiento riguroso a los hombres con PIN de alto grado y pueden aconsejar otra biopsia de próstata (o pruebas de laboratorio para ayudar a determinar el riesgo de tener cáncer, como el índice de salud prostática (PHI), prueba 4Kscore, pruebas de PCA3 (como Progensa) o ConfirmMDx). Esto es especialmente cierto si la PIN de alto grado se encuentra en diferentes partes de la próstata (PIN multifocal de alto grado), o si en la primera biopsia no se tomaron muestras de todas las partes de la próstata.

Proliferación microacinar atípica: a esto también se le podría llamar  atipia glandular o proliferación glandular atípica. También podría reportarse simplemente como «sospecha de cáncer». Todos estos términos significan que las células parecen ser cancerosas cuando se observan al microscopio, pero hay muy pocas como para hacer un diagnóstico con certeza. Si se usa uno de estos términos, hay una alta probabilidad de que también haya cáncer en la próstata, razón por la cual muchos médicos recomiendan repetir la biopsia pocos meses después.

Atrofia inflamatoria proliferativa: en la atrofia inflamatoria proliferativa (PIA), las células de la próstata lucen más pequeñas de lo normal, y hay signos de inflamación en el área. La PIA no es cáncer, pero los investigadores creen que algunas veces puede convertirse en una PIN de alto grado o tal vez en cáncer de próstata directamente.

Resonancia Nuclear Magnética de la Próstata

Las imágenes por Resonancia (MRI)  crean imágenes detalladas de los tejidos blandos en el cuerpo usando ondas de radio e imanes potentes. Las MRI pueden proporcionar a los médicos una imagen muy clara de la próstata y las áreas adyacentes. Para mostrar mejor los detalles, es posible que un material de contraste, llamado gadolinio, se inyecte en una vena antes de realizar el estudio.

La MRI se puede utilizar en situaciones diferentes:

  • Ayuda a determinar si un hombre con una prueba de detección anormal o con síntomas que podrían ser de cáncer de próstata debe hacerse una biopsia de próstata. (El tipo de MRI que se utiliza a menudo para esto, conocido como MRI multiparamétrica, se describe a continuación).
  • Si se planea una biopsia de próstata, se podría hacer una MRI para ayudar a localizar y apuntar a las áreas de la próstata que tienen más probabilidades de contener cáncer. Esto se hace a menudo como una biopsia por fusión de MRI/ecografía, que se describe a continuación.
  • La MRI se puede utilizar durante una biopsia de próstata para ayudar a guiar las agujas hacia la próstata.
  • Si se descubre cáncer de próstata, se puede hacer una MRI para ayudar a determinar la extensión (etapa) del cáncer. Las MRI pueden indicar si el cáncer se ha propagado fuera de la próstata hasta las vesículas seminales o a otras estructuras adyacentes. Esta información puede ser muy importante para determinar las opciones de tratamiento. Sin embargo, las MRI generalmente no se necesitan para los cánceres de próstata recientemente diagnosticados que, según lo determinado por otros factores, probablemente estén confinados en la próstata.

Para mejorar la precisión de la MRI, es posible que le coloquen una sonda, llamada espiral endorrectal, en el interior del recto para realizar el estudio. Esto puede resultar incómodo para algunos hombres. Si es necesario, se le puede administrar un medicamento para que se sienta somnoliento (sedación).

MRI multiparamétrica: esta nueva técnica de MRI se puede utilizar para ayudar a definir mejor las posibles áreas de cáncer en la próstata, así como para tener una idea de cuán rápidamente puede crecer un cáncer. También puede mostrar si el cáncer ha crecido fuera de la próstata o se ha propagado a otras partes del cuerpo. Para esta prueba, se hace una MRI para observar la anatomía de la próstata, y luego al menos otro tipo de MRI (como difusión por resonancia magnética [DWI], resonancia magnética dinámica con contraste [DCE] o espectroscopia por MR) para ver otros parámetros del tejido de la próstata. Los resultados de los diferentes estudios se comparan para ayudar a encontrar las áreas anormales.

Cuando se realiza este estudio para ayudar a determinar si un hombre podría tener cáncer de próstata, los resultados generalmente se notifican usando el Sistema de Datos e Informe en Imagen Prostática (PI-RADS). En este sistema, a las áreas anormales de la próstata se les asigna una categoría en una escala que va desde PI-RADS 1 (muy poco probable que sea un cáncer clínicamente significativo) hasta PI-RADS 5 (muy probable que sea un cáncer clínicamente significativo).

Biopsia de próstata guiada por fusión de MRI y ecografía: en este abordaje, al hombre se le hace una MRI unos días o semanas antes de la biopsia para buscar áreas anormales en la próstata. Durante la biopsia en sí, la TRUS se emplea para observar la próstata, y un programa informático especial se utiliza para fusionar las imágenes de MRI y TRUS en una pantalla de computadora. Esto puede ayudar a garantizar que el médico reciba muestras de biopsia de cualquier área sospechosa que se haya observado en las imágenes.

 

ESTUDIOS DE EXTENSIÓN

 

Gammagrafía ósea

Si el cáncer de próstata se propaga a partes distantes del cuerpo, comúnmente pasa primero a los huesos. Una gammagrafía ósea puede ayudar a mostrar si el cáncer se extendió a los huesos. Para este estudio, se inyecta una pequeña cantidad de material de baja radiactividad que se asienta en áreas de huesos afectadas por todo el cuerpo. Una cámara especial detecta la radiactividad y crea una imagen del esqueleto. Una gammagrafía ósea podría sugerir cáncer en los huesos, pero para realizar un diagnóstico preciso puede que sea necesario realizar otros estudios, como radiografías regulares, tomografías computarizadas (CT), imágenes por resonancia magnética (MRI), o incluso una biopsia de hueso.

Tomografía por emisión de positrones (PET)

Una PET es similar a una gammagrafía ósea en que una sustancia ligeramente radioactiva rastreadora se inyecta en la sangre, la cual es detectable con una videocámara especial. Pero las PET utilizan distintas sustancias rastreadoras que principalmente terminan concentrándose en las células cancerosas. La sustancia rastreadora más comúnmente usada para las PET convencionales es referida como FDG que consiste en un tipo de azúcar. Desafortunadamente, este tipo de PET no es muy útil para la detección del cáncer de próstata en el cuerpo. Otras sustancias radioactivas rastreadoras más nuevas, como la denominada Ga 68 PSMA-11 suele adherirse a la membrana del antígeno prostático específico (PSMA), una proteína que suele encontrarse en grandes cantidades en las células del cáncer de próstata.  Las pruebas que hacen uso de este tipo de sustancias rastreadoras en ocasiones son referidas como pruebas PSMA-PET.

Estos tipos más recientes de pruebas PET suelen ser usadas más a menudo en los casos es los que no se sabe con certeza si el cáncer de próstata se ha propagado ni a qué partes del cuerpo lo podría haber hecho en caso de sí haberse propagado. Por ejemplo, una de estas pruebas podría hacerse en el caso de que una gammagrafía ósea no proporcione información precisa, o si el paciente presente un incremente en el nivel de PSA tras ya haber recibido tratamiento inicial y no se sabe con precisión en qué parte del cuerpo se pueda encontrar el cáncer.

Las imágenes capturadas en una PET no son tan detalladas como las de una resonancia magnética o la de una tomografía computarizada, pero suelen revelar zonas con cáncer en cualquiera de las áreas en el cuerpo en las que puede que el cáncer se haya propagado. Algunos de los equipos que hacen estos estudios por imágenes cuentan con la posibilidad de capturar una PET a la vez que también capturan la imagen ya sea para una resonancia magnético, o para una tomografía computarizada de manera conjunta, lo cual ofrece resultados más detallados sobre las áreas del cuerpo que la PET identificó como zonas con cáncer.

Tomografía computarizada

Una Tomografía computarizada (CT) usa rayos X para producir imágenes transversales detalladas de su cuerpo. Este estudio no se emplea con frecuencia en cánceres de próstata recientemente diagnosticados si es muy probable que estén confinados a la próstata de acuerdo con otros hallazgos (tacto rectal, el nivel de PSA y la puntuación de Gleason). Aun así, este estudio a veces puede ayudar a determinar si el cáncer de próstata se propagó a los ganglios linfáticos adyacentes. Si el cáncer de próstata regresó después del tratamiento, la tomografía computarizada puede con frecuencia indicar si está creciendo en el interior de otros órganos o en las estructuras de la pelvis.

Las tomografías computarizadas no son tan útiles como las imágenes por resonancia magnética (MRI) para observar la glándula prostática.

TRATAMIENTO

Observación o vigilancia activa para el cáncer de próstata

Debido a que el cáncer de próstata frecuentemente crece muy lentamente, es posible que algunos hombres (especialmente aquellos hombres de edad avanzada o con otros problemas graves de salud) nunca necesiten tratamiento. En vez de tratamiento, sus médicos pueden recomendar observación (a veces conocido como espera en observación) o vigilancia activa.

Los términos vigilancia activa y observación tienen significados un tanto diferentes:

  • La vigilancia activa se refiere a la supervisión minuciosa del cáncer. Por lo general, esto incluye una visita al médico con una prueba de sangre para detectar el antígeno prostático específico (PSA) alrededor de cada 6 meses y un examen mediante tacto rectal al menos una vez al año. Además, es posible que se hagan biopsias de la próstata y estudios por imágenes cada 1 a 3 años. Si los resultados de la prueba cambian, entonces su médico hablará con usted sobre las opciones de tratamiento para intentar curar el cáncer.
  • Por otro lado, la observación  se usa algunas veces para describir un tipo de seguimiento menos intensivo que pudiera requerir menos pruebas y confiar más en los cambios de los síntomas de un hombre para decidir si el tratamiento es necesario. Este tratamiento está destinado con mayor frecuencia a controlar los síntomas del cáncer, pero no a curarlo.

¿Cuándo se usan estas opciones?

Se puede recomendar uno de estos métodos si el cáncer:

  • No está causando ningún síntoma
  • Se espera que su crecimiento sea lento
  • Es pequeño
  • Solo se encuentra en la próstata
  • Se asocia con un nivel bajo de PSA (<10ng/ml)

Estos métodos probablemente no sean buenas opciones si usted tiene un cáncer de rápido crecimiento (por ejemplo, un cáncer con una alta puntuación de Gleason) o si es probable que el cáncer se haya propagado fuera de la próstata (según los niveles de PSA). Resulta menos probable que a los hombres jóvenes y saludables se les ofrezca la observación, debido a que el cáncer puede convertirse en un problema durante los próximos 20 o 30 años.

 

Cirugía para el cáncer de próstata

La cirugía es una opción común para tratar de curar el cáncer de próstata si se cree que no se ha propagado hacia el exterior de la glándula prostática. El tipo principal de cirugía para el cáncer de próstata es la prostatectomía radical. En esta operación, el cirujano extirpa toda la glándula prostática además de una porción del tejido que la rodea, incluyendo las vesículas seminales.

Prostatectomía radical abierta o laparoscópica

En el método más tradicional de una prostatectomía, llamada prostatectomía abierta, el cirujano opera a través de una sola incisión (corte) larga en la piel para extraer la próstata y los tejidos adyacentes. Este tipo de cirugía se realiza con menos frecuencia que en el pasado.

En la prostatectomía laparoscópica, el cirujano hace varias incisiones más pequeñas y usa instrumentos quirúrgicos especiales y largos para extraer la próstata. El cirujano sostiene directamente los instrumentos, o usa un panel de control para mover con precisión los brazos robóticos que sostienen los instrumentos. Este modo de realizar la prostatectomía se ha empleado con más frecuencia en los últimos años. Si lo hacen cirujanos experimentados, la prostatectomía radical laparoscópica puede dar resultados similares al abordaje abierto.

Prostatectomía abierta

Prostatectomía radical retropúbica

Para esta operación abierta, el cirujano hace una incisión (corte) en la parte baja del abdomen, desde el ombligo hasta el hueso púbico, como se muestra en la imagen. Durante la cirugía, junto con la sedación se le puede administrar anestesia general (usted estará dormido) o anestesia espinal o epidural (se le adormecerá la parte inferior del cuerpo).Si hay una probabilidad razonable de que el cáncer se haya propagado a los ganglios linfáticos cercanos, el cirujano también puede extirpar algunos de estos ganglios linfáticos en ese momento (este procedimiento se conoce como disección de ganglios linfáticos pélvicos). Los ganglios se envían al laboratorio para saber si contienen células cancerosas.

Después de extraer la próstata, mientras usted se encuentra todavía bajo los efectos de la anestesia, se le colocará una sonda (tubo flexible y delgado) en el pene para ayudarle a drenar la vejiga. Por lo general,  la sonda permanecerá colocado de una a dos semanas mientras usted se recupera. Podrá orinar por su propia cuenta una vez se le quite la sonda

 

Prostatectomía laparoscópica

Si usted está considerando tratarse con la cirugía laparoscópica, es importante que entienda lo que se conoce y lo que todavía se desconoce sobre este método. La experiencia y la destreza de su cirujano son probablemente los factores más importantes. Si decide que la cirugía laparoscópica es el tratamiento apropiado para usted, asegúrese de encontrar un cirujano que tenga una vasta experiencia con este procedimiento.

Prostatectomía radical laparoscópica

En una prostatectomía radical laparoscópica (LRP), el cirujano hace varias incisiones pequeñas en la pared abdominal, a través de las cuales se insertan instrumentos especiales y largos para extirpar la próstata. Uno de los instrumentos tiene una pequeña cámara de video en el extremo que permite al cirujano observar dentro del cuerpo.Las tasas de los principales efectos secundarios de la LRP, tales como problemas de erección y dificultad para retener la orina (incontinencia) parecen ser casi las mismas que para las prostatectomías abiertas. Con este método, puede que se retrase un poco la recuperación del control de la vejiga.A pesar de que se necesitan más estudios a largo plazo para comparar los efectos secundarios y las posibilidades de recurrencia entre la prostatectomía abierta y la LRP, el éxito de cualquiera de los procedimientos parece estar determinado principalmente por la experiencia y la destreza del cirujano.

Prostatectomía radical laparoscópica asistida por robot

En este método, conocido también como prostatectomía robótica, la cirugía laparoscópica se hace mediante el uso de un sistema robótico. El cirujano se sienta frente a un panel de control cercano a la mesa de operaciones y mueve los brazos robóticos para operar a través de varias incisiones pequeñas que se hacen en el abdomen del paciente. La prostatectomía robótica ofrece ventajas sobre el método abierto en términos de menos dolor, pérdida de sangre y tiempo de recuperación. Sin embargo, en términos de los efectos secundarios que más preocupan a los hombres, como problemas urinarios o problemas de erección,  parece no haber una diferencia entre la prostatectomía robótica y otros métodos. Para el cirujano, el sistema robótico puede proveer más maniobrabilidad y más precisión cuando se mueven los instrumentos que con la prostatectomía radical laparoscópica convencional. Aun así, la experiencia y la destreza del cirujano son los factores más importantes en el éxito de cualquiera de los dos tipos de cirugía laparoscópica.

Efectos secundarios de la cirugía de próstata

Los posibles efectos secundarios principales de la prostatectomía radical son la incontinencia urinaria (falta de control de la vejiga) y la disfunción eréctil (impotencia; dificultades para lograr y mantener erecciones). Estos efectos secundarios también pueden ocurrir con otras formas de tratamiento para el cáncer de próstata.

Incontinencia urinaria: usted tal vez no pueda controlar la orina o tal vez presente fuga o goteo de orina.Después de la cirugía del cáncer de próstata, el control normal de la vejiga generalmente regresa dentro de varias semanas o meses. La recuperación por lo general ocurre lentamente con el paso del tiempo. Los médicos no pueden predecir con certeza cómo se afectará un hombre después de la cirugía. En general, los hombres de edad más avanzada suelen presentar más problemas de incontinencia que los hombres más jóvenes. Los grandes centros de tratamiento contra el cáncer en los que se realiza la cirugía de la próstata con frecuencia, y en los que los cirujanos tienen vasta experiencia, reportan menos problemas de incontinencia.La incontinencia se puede tratar. Aun cuando su incontinencia no se pueda corregir completamente, es posible aminorarla. Para aprender acerca de cómo manejar y vivir con incontinencia.

Disfunción eréctil (impotencia): esto significa que no se puede lograr una erección suficiente para la penetración sexual.Las erecciones son controladas por dos pequeños grupos de nervios tendidos en los dos lados de la próstata. Si usted podía tener erecciones antes de la cirugía, el cirujano tratará de no afectar estos nervios durante la prostatectomía. Esto se conoce como preservación de nervios. Sin embargo, el cirujano tendrá que extirpar los nervios, si el cáncer está creciendo dentro de ellos o muy cerca de ellos.Si se extirpan ambos nervios, usted no podrá tener erecciones espontáneas, aunque es posible que todavía pueda tener erecciones utilizando algunas de las ayudas que se describen a continuación. En caso de que se extirpen los nervios de un solo lado, aún podría lograr erecciones, pero esa probabilidad será menor que si no se hubiera extirpado ninguno de los nervios. Si no se extirpa ninguno de los conjuntos de nervios, es posible que usted logre nuevamente erecciones normales en algún momento después de la cirugía.

 

Después de esta operación, la capacidad de lograr erecciones depende de la edad, la capacidad que tenía usted de lograr erecciones antes de la operación, y si se cortaron los nervios. Todos los hombres pueden esperar una reducción en la capacidad de tener erecciones, pero cuanto más joven usted sea, hay más probabilidades de que conserve esta capacidad.

Los cirujanos que realizan muchas prostatectomías radicales suelen reportar tasas de impotencia más bajas que los médicos que realizan la cirugía con menos frecuencia. Se ha informado una amplia gama de tasas de impotencia en la literatura médica, pero la situación particular de cada hombre es diferente. Por lo tanto, la mejor manera de obtener una idea sobre sus probabilidades de recuperar las erecciones consiste en preguntar a su médico sobre sus tasas de éxito y cuál sería probablemente el pronóstico en su caso.

Si su capacidad para lograr erecciones regresa después de la cirugía, a menudo regresa lentamente. De hecho, esto puede que tome desde unos pocos meses hasta dos años. Durante los primeros meses, usted probablemente no podrá lograr una erección espontánea, por lo que es posible que necesite medicamentos u otros tratamientos.

La mayoría de los médicos cree que recuperar la potencia es ayudada por el intento de lograr una erección tan pronto como sea posible una vez que el cuerpo ha tenido la oportunidad de curarse (generalmente varias semanas después de la operación). Algunos médicos llaman a esto rehabilitación peneana. El uso de medicamentos (vea información a continuación) puede ser útil en este momento. Asegúrese de hablar con su médico sobre su situación particular.

 

 

Radioterapia para el cáncer de próstata

 

La radioterapia utiliza rayos de alta energía o partículas para destruir las células cancerosas. Dependiendo de la etapa del cáncer de próstata y de otros factores, se puede utilizar la radioterapia:

  • Como tratamiento inicial para tratar el cáncer que aún está únicamente en la glándula prostática y que es de bajo grado. Las tasas de curación para los hombres con estos tipos de cánceres son aproximadamente las mismas que para los hombres tratados con una prostatectomía radical.
  • Como parte del tratamiento inicial (junto con terapia hormonal) para cánceres que han crecido fuera de la próstata y hacia tejidos cercanos.
  • Si el cáncer no se extirpó por completo o regresa (recurre) en el área de la próstata después de la cirugía.
  • Si el cáncer es avanzado, para ayudar a mantener el cáncer bajo control por tanto tiempo como sea posible y para ayudar a prevenir o aliviar los síntomas.

Tipos de radioterapia

Los tipos principales de radioterapia usados para el cáncer de próstata son:

  • Radioterapia de rayo externo
  • Braquiterapia (radiación interna)

Posibles efectos secundarios de la radioterapia de rayo externo

Algunos de los efectos secundarios de la radioterapia de rayo externo son los mismos que los de la cirugía, mientras que otros son diferentes.

Problemas intestinales: la radiación puede irritar el recto y causar una afección llamada proctitis por radiación. Esto puede provocar diarrea, algunas veces con sangre en las heces fecales e incontinencia rectal. La mayoría de estos problemas desaparece con el pasar del tiempo, pero en pocos casos el funcionamiento normal de los intestinos no se restablece. Para ayudar a disminuir los problemas intestinales, es posible que le pidan que siga una dieta especial durante la radioterapia para ayudar a limitar el movimiento intestinal durante el tratamiento. A veces, se coloca un dispositivo similar a un globo o gel entre el recto y la próstata antes del tratamiento para que actúe como un distanciador y disminuya la cantidad de radiación que llega al recto.

Problemas urinarios: la radiación puede irritar la vejiga y causar una afección llamada cistitis por radiación. Es posible que usted presente frecuentes deseos de orinar, una sensación de ardor mientras orina y/o sangre en la orina. Los problemas urinarios generalmente se alivian con el pasar del tiempo, pero en algunos hombres estos problemas nunca desaparecerán.

Algunos hombres padecen incontinencia urinaria después del tratamiento, lo que significa que no pueden controlar la orina o bien presentan algo de chorreo o goteo involuntario de orina. Como se describe en la sección sobre cirugía, existen diferentes niveles y tipos de incontinencia. En general, este efecto secundario ocurre con menos frecuencia  con la radioterapia que después de la cirugía. Al principio, el riesgo es bajo, pero aumenta cada año por varios años después del tratamiento.

Con poca frecuencia, el conducto que lleva la orina desde la vejiga hasta fuera del cuerpo (la uretra) puede volverse muy estrecho o incluso cerrarse, lo que se conoce como estenosis uretral. Puede que se requiera tratamiento adicional para abrir la uretra otra vez.

Problemas de erección, incluyendo impotencia: después de varios años, la tasa de impotencia después de la radiación es aproximadamente la misma que después de la cirugía. Por lo general, los problemas de erección no ocurren inmediatamente después de administrarse la radioterapia, sino que se desarrollan lentamente con el paso del tiempo. Esto es diferente en la cirugía, en la cual la impotencia aparece inmediatamente y puede mejorar con el transcurso del tiempo.

 

 

Terapia hormonal para el cáncer de próstata

La terapia hormonal también se llama terapia supresora de andrógenos. El objetivo de este tratamiento es reducir los niveles de las hormonas masculinas, llamadas andrógenos, en el cuerpo, o evitar que estas hormonas estimulen el crecimiento de células cancerosas de la próstata.

Los andrógenos estimulan el crecimiento de las células cancerosas de la próstata. Los andrógenos principales en el cuerpo son la testosterona y la dihidrotestosterona. Los testículos producen la mayor parte de los andrógenos, aunque las glándulas suprarrenales (glándulas que se ubican sobre los riñones), así como el cáncer de próstata en sí, pueden también producir una cantidad considerable. A menudo, reducir los niveles de andrógenos o evitar que alcancen las células del cáncer de próstata provoca que se reduzca el tamaño de los cánceres o que crezcan más lentamente por un tiempo. Sin embargo, la terapia hormonal por sí sola no cura el cáncer de próstata.

¿Cuándo se utiliza la terapia hormonal?

La terapia hormonal se puede usar:

  • Si el cáncer se ha propagado demasiado lejos para ser curado con cirugía o radiación, o si usted no se puede someter a estos tratamientos por alguna otra razón
  • Si el cáncer continúa o regresa después del tratamiento con cirugía o radioterapia
  • Junto con la radioterapia como el tratamiento inicial si usted se encuentra en un riesgo más elevado de que el cáncer regrese después del tratamiento.
  • Antes de la radiación para tratar de reducir el tamaño del cáncer y hacer que el tratamiento sea más eficaz

Tipos de terapia hormonal

Se pueden emplear varios tipos de terapia hormonal para tratar el cáncer de próstata.

Tratamientos para reducir los niveles de andrógenos que producen los testículos

La  terapia de privación de andrógenos, también llamado ADT, conlleva cirugía o medicamentos para disminuir los niveles de andrógenos que producen los testículos.

Orquiectomía (castración)

A pesar de que es un tipo de cirugía, su principal efecto es como una forma de terapia hormonal. En esta operación, el cirujano extirpa los testículos, que es donde se produce la mayor parte de los andrógenos (tal como testosterona y DHT). Esto provoca que la mayoría de los cánceres de próstata dejen de crecer o se encojan por un tiempo.

La operación se realiza como un procedimiento ambulatorio. Es probablemente la forma menos costosa y más simple de terapia hormonal. Sin embargo, contrario a algunos otros tratamientos, este es permanente, y muchos hombres tienen problemas para aceptar la extirpación de sus testículos. Debido a esto, puede que opten en su lugar por un tratamiento medicinal cuyo objetivo sea la reducción de los niveles hormonales (como tanto el agonista como el antagonista de  LHRH lo son).

A algunos hombres que se someten a esta cirugía les preocupa cómo van a lucir después del procedimiento. Se pueden insertar en el escroto testículos artificiales que se ven como normales, si el hombre así lo desea.

Agonistas de LHRH

Los agonistas de hormona liberadora de la hormona luteinizante (LHRH) (también llamados análogos de LHRH o agonistas de GnRH) son medicamentos que reducen la cantidad de testosterona producida por los testículos. Al tratamiento con estos medicamentos algunas veces se le llama castración médica, ya que reducen los niveles de andrógenos tan bien como la orquiectomía.

Con estos medicamentos, los testículos permanezcan en su lugar.  Sin embargo, los testículos se reducirán en tamaño con el pasar del tiempo, e incluso puede que se vuelvan tan pequeños que no puedan ser palpados.

Los agonistas de LHRH se inyectan o colocan como implantes pequeños debajo de la piel. Dependiendo del medicamento usado, pueden administrarse desde una vez al mes hasta una vez por año. Algunos agonistas de LHRH disponibles en los Estados Unidos son:

  • Leuprolida (Lupron, Eligard)
  • Goserelin (Zoladex)
  • Triptorelina (Trelstar)
  • Histrelin (Vantas)

Cuando se administran por primera vez los agonistas de LHRH, aumentan brevemente los niveles de testosterona antes de disminuir a niveles muy bajos. Este efecto se denomina exacerbación y resulta de la forma compleja en que actúan estos medicamentos. Los hombres con cáncer propagado a los huesos pueden experimentar dolor en los huesos. Los hombres cuyas glándulas prostáticas no se han extirpado pueden presentar problemas para orinar. Si el cáncer se ha propagado a la columna vertebral, incluso un aumento en el crecimiento tumoral por un corto período de tiempo como resultado de la exacerbación podría comprimir la médula espinal y causar dolor o parálisis. Se puede evitar la exacerbación mediante la administración de medicamentos llamados antiandrógenos (discutido más adelante) por varias semanas cuando se comienza el tratamiento con los agonistas de LHRH.

Antagonistas de LHRH

Los antagonistas de LHRH pueden emplearse en el tratamiento contra el cáncer de próstata. Estos medicamentos actúan de forma ligeramete distinta a la de los agonistas de LHRH, pues reducen los niveles de testosterona más rápidamente sin generar una exacerbación del tumor como suele ocurrir con los agonistas de LHRH. El tratamiento con estos medicamentos también se puede considerar una forma de castración médica.

  • El degarelix (Firmagon) se administra mensualmente en forma de inyección debajo de la piel. Puede que algunos hombres experimenten algo de dolor en el sitio en el que se aplicó la inyección (dolor, enrojecimiento e hinchazón).
  • El relugolix (Orgovyx) se administra por vía oral en forma de tabletas que se toman una vez al día, lo que implica una menor cantidad de visitas al médico.

Posibles efectos secundarios

La orquiectomía y los agonistas y los antagonistas de LHRH pueden todos causar efectos secundarios similares debido a niveles inferiores de hormonas, como la testosterona. Estos efectos secundarios pueden incluir:

  • Reducción o perdida del deseo sexual
  • Impotencia
  • Reducción del tamaño de los testículos y el pene
  • Sensaciones repentinas de calor (bochornos) que pueden aliviarse o desaparecer con el tiempo
  • Dolor al palpar los senos y crecimiento del tejido mamario (ginecomastia)
  • Osteoporosis (adelgazamiento de los huesos), lo que causa fracturas de huesos
  • Anemia
  • Disminucion de la agudeza mental
  • Pérdida de masa muscular
  • Cansancio
  • Aumento en los niveles de colesterol
  • Depresion

 

Cáncer de próstata sensible a la castración, resistente a la castración y hormono-refractario

Estos términos se usan algunas veces para describir qué tan bien el cáncer del paciente responde a la terapia hormonal.

  • El cáncer de próstata sensible a la castración significa que el cáncer está siendo controlado al mantener los niveles de testosterona tan bajos como se esperaría que fuera si los testículos hubiesen sido extirpados (referido como a nivel de castración). Los niveles pueden mantenerse a esta baja cantidad mediante una orquiectomía o al administrar ya sea un agonista o un antagonista de LHRH.
  • El cáncer de próstata resistente a la castración significa que el cáncer sigue creciendo incluso cuando los niveles de testosterona están tan bajos como se esperaría que fuera a nivel de castración o por debajo del nivel de castración. Algunos de estos casos de cáncer pudieran beneficiarse de otras formas de terapia hormonal, como abiraterona o alguno de los antiandrógenos más recientes.
  • El cáncer de próstata hormono-refractario se refiere al cáncer de próstata que ya no se beneficia de ningún tipo de terapia hormonal, incluyendo medicinas más recientes.

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