¿Por qué ocurre la incontinencia urinaria en las personas mayores?
La incontinencia urinaria supone la pérdida de una función fisiológica, la continencia urinaria, que se “aprende” en la infancia y que es posible por la coordinación de la vejiga (que almacena la orina) y la uretra (que sirve de canal de salida de la orina). La continencia urinaria existe cuando nuestra uretra puede aguantar la presión que ejerce la orina contenida en la vejiga hasta que decidimos vaciarla voluntariamente una vez que hemos recibido el reflejo de la necesidad de orinar (las “ganas”).
Para que exista continencia en la persona mayor, deben darse una serie de circunstancias:
- Que la vejiga esté en condiciones de almacenar la orina adecuadamente.
- Que la uretra esté en condiciones de vaciar la vejiga adecuadamente.Que la persona tenga la capacidad cognitiva de percibir las “ganas” de orinar.
- Que la persona tenga la motivación suficiente para orinar.
- Que la persona tenga acceso fácil a un lugar adecuado en el que orinar.
- Que tenga la movilidad y destreza suficientes.
No debemos pensar que la incontinencia es exclusivamente un problema del aparato urinario, sino que puede estar relacionada con distintos órganos o sistemas de la persona mayor: aparato nervioso, aparato genital, aparato locomotor, etc.
No hay duda de que el envejecimiento provoca cambios en el organismo (aparato urinario, próstata, vagina, músculos del suelo pélvico, sistema nervioso…), cambios que favorecen que la persona mayor tenga más probabilidades de sufrir incontinencia, pero no puede aceptarse sin más que por el hecho de ser mayores se tenga que perder la continencia urinaria.
Si este problema de salud es frecuente en las personas mayores es porque en ellas se pueden dar una serie de circunstancias, que tienen mayor influencia que el propio envejecimiento:
- Existencia de varios problemas de salud a la vez: procesos neurológicos, problemas en el aparato urinario, problemas en los huesos y en las articulaciones…
- Deterioro funcional: inmovilidad y/o demencia.
- Toma de un número elevado de medicamentos.
¿A cuántas personas mayores afecta?
La incontinencia urinaria afecta en torno al 20%-25% de las personas mayores de 65 años, con prevalencias de un 15% entre quienes viven en domicilios y están sanas, de entre el 30% y el 35% en personas mayores hospitalizadas, de alrededor del 50% en personas mayores “frágiles” que viven en sus domicilios y de entre un 43% y un 77% en personas que viven en residencias.
Es más frecuente en mujeres (2-3 mujeres por cada hombre), pero la cifra se iguala a la edad de 80 años, sobre todo entre quienes viven en residencias. Afecta por igual a personas de cualquier raza.
La incontinencia urinaria aumenta con la edad, y lo mismo ocurre con su severidad (frecuencia y volumen).
¿Cuáles son los efectos de la incontinencia urinaria en las personas mayores?
La incontinencia urinaria en las personas mayores puede conducir a un declive físico, funcional y emocional, y tiene consecuencias funcionales, psicosociales e incluso económicas.
La incontinencia y las molestias que genera pueden provocar situaciones de aislamiento social, cuadros de depresión y ansiedad.
La urgencia por orinar es asimismo causa de un incremento de caídas y fracturas, y es uno de los motivos que conduce a la institucionalización (ingreso en residencias).
¿Puede curarse la incontinencia urinaria en las personas mayores?
Mediante tratamientos adecuados, es posible disminuir el grado de incontinencia urinaria en un porcentaje del 30% – 40%, disminuyendo su severidad (frecuencia y volumen) en torno al 40% – 50%.
¿Cómo actuar ante la aparición de incontinencia urinaria en las personas mayores?
Acudir al Urólogo, que realizará las valoraciones correspondientes y definira cuál es el tratamiento adecuado para cada paciente.